A través del lente de la sostenibilidad, las praderas se revelan como ecosistemas de inmenso valor. Estas vastas extensiones de vegetación no solo son fundamentales para la biodiversidad y el almacenamiento de carbono, sino que también ofrecen resistencia a fenómenos extremos como incendios e inundaciones. Situadas en distintas partes del mundo, desde América hasta Asia, las praderas son un testimonio de la riqueza natural de nuestro planeta, proporcionando escenarios dinámicos que fusionan la belleza estética con funciones ecológicas vitales. Este enfoque subraya la importancia de proteger estos espacios no solo por su valor ambiental sino también por su potencial para inspirar y sostener la vida humana.